Los colores del oro

Desde hace milenios, el oro ha sido el metal precioso por excelencia en la joyería: lo encontramos en la naturaleza en pequeñas cantidades y una de sus características es que es muy maleable El hecho de ser tan maleable y resistente a la corrosión, lo hace un metal ideal para crear joyas y, como es tan escaso, se convierte un un metal muy valuoso.

Los seres humanos hemos llevado joyas desde el Paleolítico, tanto como amuletos como para diferenciarnos de los demás por alguna razón u otra (por ejemplo, para demostrar nuestro estatus social). Las primeras joyas estaban hechas de piedra, hueso, tela, piel u otros materiales al alcance. No fue hasta la Edad del Bronce cuando se empezaron a hacer las primeras joyas con metales nobles: en esa época nació el oficio de orfebre.

Joias medievales a Hoogwoud, por el historiador Lorenzo Ruijter

Hay muchísimas culturas que han usado el oro como metal precioso en todo el mundo, desde América hasta China, tanto para hacer joyas como para comerciar con él. Una de las primeras civilizaciones que creó joyas de oro (y otros ornamentos), y quizá la primera que nos viene a la cabeza cuando lo pensamos, fueron los egipcios, hace aproximadamente 5.000 años. Para esta cultura, el oro simbolizaba poder político y religioso. Según ellos, también tenía propiedades de protección contra el mal. Lo combinaban con piedras como el lapislázuli para darle aún más valor y propiedades curativas y de protección. Los romanos también le dieron muchísima importancia. De hecho, el nombre que usamos actualmente para nombrar este metal proviene del latín aurum, que significa ‘aura brillante’.

Anillo or Sa-Neith. Museo egipcio de Barcelona

El oro en Arnald Joies

Ha llovido mucho desde esas épocas, pero el oro sigue siendo uno de los metales favoritos para hacer joyas. Además, el oficio ha evolucionado mucho y ahora trabajamos el oro en colores diferentes y, en consecuencia, con propiedades diferentes. En Arnald Joies, generalmente trabajamos en oro de tres colores diferentes: el amarillo, el rosa y el blanco, aunque de vez en cuando nos aventuramos con propuestas diferentes (os contamos algunas un poco más abajo).

Sin embargo, antes de hablar sobre los colores del oro, tenemos que hablar de su pureza. Independientemente del color que tenga la aleación (la mezcla de metales), nosotros siempre trabajamos con oro de 18 quilates. El quilataje, cuando nos referimos al oro, tiene que ver con el porcentaje de oro puro que contiene una joya. El oro puro es de 24 quilates y, por una simple regla de tres, el oro de 18 quilates contiene un 75 % de oro puro.

En general, no se hacen joyas sólo con oro puro (que también se llama fino o de 1.000 milésimas) porque las piezas serían demasiado blandas. El oro puro tiene una gran maleabilidad y ductilidad, pero es blando y se deforma con facilidad. Además, trabajarlo en su estado puro dificulta lograr su brillo característico e inigualable.

Por ello, en muchos países del mundo, se suele trabajar con una aleación de 18 quilates, es decir, el 75 % de oro más el 25 % de otros metales. Este 25 % es lo que nos da la posibilidad de obtener diferentes colores, además de otorgarle mayor resistencia, en función de los metales y las proporciones que utilicemos en la aleación. En general, son los siguientes:

Oro amarillo

El oro amarillo de 18 quilates contiene el 75 % de oro puro más un 12,5 % de plata y un 12,5 % de cobre. Estos porcentajes pueden variar un poco de taller a taller. Cada joyero tiene su propia aleación, siempre que se mantenga el porcentaje del 75 % de oro puro. El cobre es esencial en las aleaciones de oro, porque, básicamente, es el metal que le aporta la dureza y la resistencia necesarias para poderlo trabajar bien y para que las piezas que creamos no se deformen fácilmente ni se dañen con un simple golpe (que es lo que sucedería si trabajásemos con oro puro).

En Arnald Joies nos gusta mucho trabajar con oro amarillo para nuestras alianzas personalizadas, ya que, tradicionalmente, es el color del oro que se utiliza para los anillos de boda.

Oro rosa (o rojo)

El oro rosa contiene el 75 % de oro puro más cobre y plata, como el amarillo, pero, en este caso, usamos mucho más cobre que plata. De hecho, a veces solo le añadimos cobre. En ambos casos, el color resultante tiende al color del cobre: de rosa a rojizo. Es un color que ha ganado protagonismo en los últimos años, y, a nosotros, ¡nos encanta!

Una cuestión importante que se debe tener en cuenta es que su mayor proporción de cobre le da mucha más dureza que el oro amarillo o el blanco. Así, pues, las joyas de oro rosa, como contienen más cobre, se suelen deformar menos y acostumbran a marcarse menos los golpecitos y las rayadas.

Oro blanco

Para hacer oro blanco, añadimos un nuevo protagonista a la aleación: el paladio. Bueno, al menos, tradicionalmente, y en Arnald Joies continuamos haciéndolo así. Es habitual que las marcas más comerciales utilicen aleaciones de oro blanco sin paladio, por una cuestión de costes (el paladio es un metal estratégico y de precio elevado). Con una proporción de aproximadamente el 15 %, conseguimos cambiar completamente el color del oro para que se vea más blanco. Pero, ¡ojo!, no es el blanco excelente del platino, ni tampoco el de la plata, que son metales blancos de por sí. Por esta razón, el oro blanco se suele rodiar, aunque no es imprescindible. Rodiar significa que, una vez tenemos la joya hecha, le damos un baño de rodio, que es un metal de la familia del platino que se encarga de dar al oro blanco su color gris brillante casi blanco tan característico. Algunos compañeros del oficio prefieren no rodiarlo y llamarlo, simplemente, oro gris o oro paladiado.

Como todos sabemos, actualmente, el oro blanco es el que más se utiliza para los anillos de pedida. El color del oro blanco y el brillo inigualable del diamante son una combinación ganadora para declarar nuestro amor a una persona.

Otros colores del oro

Además de estos tres colores que os hemos explicado (los más habituales), también puede haber otros. Como hemos visto, se trata de “jugar” con las proporciones de los metales con los que hacemos la aleación.

Nos ha pasado que nos han pedido una determinada proporción de plata y cobre para hacer un guiño a un número especial. En una ocasión, una pareja celebraba 17 años desde su primera cita, y nos pidieron que hiciéramos la aleación de sus anillos con un 17 % de cobre. En otra ocasión, nos pidieron que la pieza tuviera un 3 % de plata para simbolizar los 3 hijos que tenían en común.

Y, finalmente, otro color del oro, muy desconocido, es el verde. Es una aleación en la que solo se pone oro (75 %, como siempre) y plata (25 %). El color resultante tiende a verdoso, pero rara vez se usa, ya que el resultado es un metal muy blando.

Como acabamos de ver, el oro puede ser de varios colores diferentes. Tanto si escogéis el blanco (que normalmente necesita un baño de rodio de vez en cuando) como cualquiera de los demás, podéis contar con Arnald Joies para poner vuestras joyas al día para que estén impecables; solo tenéis que poneros en contacto con nosotros; como siempre, estaremos encantados de atenderos.